viernes, 25 de junio de 2010

Ultimo capitulo ^^

Leo me curo el golpe de la cabeza y las quemaduras en la espalda y brazos por haberme apoyado en la pared. Caminamos por varias horas y me contó algunas cosas como que todos los que habían peleado en el volcán eran hologramas hechos por cazadores y otras criaturas de nombre impronunciable. Los cazadores que estaban de encubiertos entre los verdaderos monstruos conocían una salida para cuando el volcán erupcionara y no salieran heridos a diferencia del enemigo. Me hacia sentir un poco mas tranquila, solo un poco.
Al parecer mi papa y el de Leo se habían conocido en una batalla y se habían vuelto buenos amigos, papa se unió a la resistencia un tiempo después.
—Llegamos—Dijo Leo y mire detenidamente a una enorme pared de piedra envuelta por las plantas y árboles—Los árboles vigilan la entrada.
— ¿Por qué siempre en túneles? — Me queje.
—Son buenos escondites— Respondió Leo. Cuando entramos nos recibieron un grupo de personas en las que distinguí a mama y a Vera. Las abrace a las dos.
—Estoy muy feliz de verlas—Dije emocionada.
—Mi niña—Me abrazo mama—Lamento tanto que no te hayamos dicho pero era mejor que nadie se enterara que tu padre y yo éramos de la resistencia.
—Yo no me entere de nada hasta que desapareciste, en ese momento mis padres me dieron la opción de elegir, luego me encontré a tu mama que me dijo que estabas bien— Dijo Vera emocionada también—Estaba muy preocupada por ti y te extrañaba mucho.
—Yo también—La abrace más fuerte.
Una vez que nos calmamos, nos dieron de comer a Leo y a mi, cuando llegaron los que habían peleado en el volcán me abalance sobre mi papa y no lo solté hasta que me tranquilizo.
Nos alejamos a un cuarto con papa, mama y Vera (no pensaba alejarla ni un minuto y ella tampoco mostraba intenciones de hacerlo).
—Supongo que quieres saber como sabíamos de tu poder y porque te deje que Leo te llevara al volcán—Dijo papa, yo solo asentí—Lo supimos desde tu nacimiento Alba, desde entonces vimos las características de una vidente. No hacia mucho que me había unido a la resistencia y Sergio, el padre de Leo, me hizo darme cuenta que no era conveniente que dejara a tu poder crecer para que los cazadores lo descubrieran y lo utilizaran, por lo que te regale el atrapa sueños para mantenerlo a raya. Creí que Gustavo era mi amigo, pero me di cuenta que pertenecía al bando opuesto. Marcela, la madre de Leo, me informo que los cazadores habían hecho un trato con los demonios, para deshacerse de todas las “molestias” llevándolas a una trampa en el pueblo del aire. Fue ahí cuando supe que no podía confiar más en él—Suspiro—Y yo que quería unir a las familias, me siento tan mal por obligarte a juntarte con Benjamin— Hice una mueca—Tu poder se volvía más fuerte y era hora que lo liberara, por lo que no podías vivir mas entre los “cazadores” y ese mismo día, después de que nos fuimos, tu madre se encargo de destruir la casa y escapar para dar la idea que habían sido los demonios y no fueran tras ella.
—Estoy aquí desde entonces esperando que te trajeran—Dijo mama— ¡Me alegra tanto volver a verte!
— ¿Qué paso con Benjamin y el resto de los cazadores?—Pregunte todavía recordaba mi sueño, estoy segura que Benjamin era el que me lastimaba en mi sueño.
—Gustavo esta muerto, era mi amigo al fin y al cabo y no pude ayudarlo—Dijo con pena—Algunos lograron escapar, entre ellos Benjamin que se dio cuenta cuando te vio viva—Respondió papa, creo que él sabia lo que hubiera pasado si no llegaba a tiempo—Será mejor que vaya a empezar a organizar con el resto los ataques, debemos apurarnos cuando ellos están débiles y desordenados.
Se fue dejándome en mis pensamientos, mama se fue a ayudar a otros y me quede a solas con Vera. Todavía no podía creer que Benjamin me quería muerta, me molestaba de chica pero eso lo hacen todos los chicos. Entonces recordé lo que dijo en su cumpleaños antes de que nos separáramos “No podría ser mejor” ¿Se refería a mi desaparición o era porque estaba feliz de poder pelear?
—Y yo que disfrutaba que no tuvieras poderes—Bromeo Vera, le sonreí, trataba de distraerme—Será mejor que tus sueños nos den buena información—Me amenazo.
—Gracias—Dije.
—Ahora que volviste a la tierra, entre nosotras ¿qué hay entre ese demonio de ojos verdes y tu? Y no digas nada porque vi las miraditas que se tiraban en la comida—Me miro con una sonrisa picara.
—Solo digamos que es mío y que si lo tocas me las pagaras—Dije en broma.
—No te preocupes yo ya tengo mi hombre—La mire sorprendida—Deberías escuchar a tu AMIGA cuando habla—Se hizo la ofendida y compartimos una larga charla que queda entre nosotras.
En un momento Leo entro.
—Mi llamada para retirarme—Dijo Vera y se fue corriendo.
— ¿Cómo estas?—Le pregunte.
—Bien y ¿vos?—Se sentó a mi lado.
—Mejor ahora que te veo—Sonrío— ¿Cómo esta tu madre?—Pregunte.
—Se pondrá bien—Dijo con orgullo, desde la muerte de su padre no se hablaban mucho pero se notaba que se querían.
—Gustavo esta muerto—Tenia que saber.
—Ya me lo dijo tu padre—Respondió dejando de sonreír—Pero no era solo a él a quien quería muerto.
— ¿A quién mas querías?—Pregunte intrigada.
—Al idiota con el que tu papa quería emparejarte —Respondió molesto.
— ¿Benjamin?— ¿Por qué lo querría muerto? Que yo supiera no había intentado matarme.
—Pudo haberte matado en el volcán y además a estado toda tu infancia, mientras yo crecía en un volcán—Dijo rojo. Me quede atónita, miro para otro lado—Di algo—Me pidió mirándome de vuelta, estaba avergonzado. Me empecé a reír.
— ¿De que te ríes? —Pregunto molesto.
—No creí que fueras celoso— Respondí y seguí riendo. Se me tiro encima.
—Soy muy celoso—Afirmo y me beso fuertemente.

Vi al fuego crecer, personas correr y pelear entre ellas, muchos caían. Los reconocí. Los cazadores cayeron, habíamos vencido, éramos libres.
Desperté agitada, seguía sin acostumbrarme a esto de ver el futuro, Leo me abrazo en la oscuridad.
— ¿Qué viste?—Me pregunto preocupado.
—Solo un adelanto de los resultados—Respondí y lo bese, el sonrío.

FIN

jueves, 24 de junio de 2010

Estaba oscuro y corrí hasta una luz, que resulto ser otro cuarto enorme, estaba iluminado por fuego que corría por las paredes de piedra y adentro había gente corriendo, demonios pensé primero pero luego vi sus caras detenidamente, me resultaban familiares. ¡Eran cazadores!
— ¡Alba!—Sentí que me llamaban, mire a un costado, ¡era papa! Pero se notaba asustado y preocupado— ¡Alba! —Volvió a gritar, de pronto sentí un fuerte dolor en el pecho, al tocarlo vi sangre, ¡estaba sangrando!
Desperté de golpe, unos brazos me rodearon.
—Tranquila— Era Leo, me relaje, estábamos en el cuarto. Mis sueños se estaban volviendo más nítidos. Habían pasado dos días desde que nos besamos, el recordarlo me hizo sonrojar. Había compartido mucho conmigo, como cual eran sus gustos, los momentos más importantes para él y cosas que no le cuentas a cualquiera. Leo río— ¿Te da vergüenza que te trate con tanta confianza?—Me pregunto y antes de que contestara me beso. Era tan lindo cuando sonreía, me quede mirándolo— ¿Qué soñaste?—Me pregunto. Casi lo olvidaba, los cazadores vendrían, tenia que decírselo aunque no le iba a gustar, los cazadores habían matado a su padre y aunque no me culpaba no le agradaba que los defendiera. Ahora entendía cuando papa me dijo que no todas las criaturas eran malas, pero los cazadores seguían siendo mi familia. Me puse seria y me senté bien en la cama, él entendió que no era algo bueno y también se puso serio.
—Los cazadores entraran en las cuevas— Dije. Se quedo mirándome como si tuviera algo que decir y no quisiera hacerlo.
—Tenemos que advertir a los demás y prepararnos para mudarnos— Dijo de repente parándose y empezando a cambiarse.
—Mi papa esta entre ellos— Dije, pero no vi ninguna reacción, algo me estaba ocultando— Voy a quedarme— Afirme. Estaba por llegar a la puerta pero se detuvo, la miro un momento para controlarse y se dio la vuelta, se notaba la rabia contenida en sus ojos.
—Lo siento Alba pero vas a venir con nosotros— Me ordeno.
—No lo are, me reuniré con mi padre y después te buscare— Dije desafiándolo. Fijo sus ojos en los míos.
— ¿Todavía crees que esas personas son buenas y vienen a buscarte?—Le costo no elevar el tono.
—No creo que vengan por mi, pero son mi familia y tengo que hablar con mi papa sobre mi poder— Dije sin inmutarme. El tomo aire y cerro los ojos.
—Hay algo que tienes que saber—Dijo sin abrir los ojos— El ataque en el que nos encontramos fue arreglado— Un sentimiento horrible empezó a crecer— Hay un grupo de cazadores que se dedican a matar a cualquier criatura que se les cruce sin importar nada, desean quedar como la raza superior, pero algunos de los cazadores no son lo suficiente fuerte o útiles para ellos, asíque los enviaron al pueblo del aire ese día para que nosotros los matemos, incluyéndote— Me quede helada, no podía moverme, Leo abrió los ojos y vi tristeza en ellos— Los trajimos aquí para que se unieran a nosotros, la razón por la que has visto tanta distintas especies es por que somos la resistencia— Espero a que volviera a parpadear e intento tomarme de los brazos pero lo empuje.
—No me vuelvas a tocar— Lo amenacé.
—Alba…—Empezó.
—No puedo y no quiero creerte— Lo interrumpí— Ve a alertar a los demás porque cuando salga de este cuarto me uniré a MI gente— Eso debió dolerle mucho porque apretó los labios y salio rápido del cuarto. Me deje caer al suelo y empecé a llorar.
Una vez que me hube calmado, tome mis armas y salí del cuarto con la antorcha en mano. Seguí las indicaciones hasta el pasillo que había visto en mi sueño, ahora entendía que estaba debajo de un volcán.
Empecé a escuchar ruidos, me recordaron a aquel día, había una batalla. Corrí hacia la luz y entre en aquella enorme cueva, había hombres, bestias, demonios y otras criaturas peleando. Sentí un temblor, el volcán iba a hacer erupción. Tenia que encontrar a papa.
— ¿Alba?—Alguien me llamo me di la vuelta y vi a Benjamin— ¿Estas viva?—Me miraba sorprendido, iba a preguntarle qué hacia aquí cuando se me acerco papa atrapándome en un abrazo.
— ¡Alba, estas viva!—Grito, parecía emocionado y sorprendido, pero conociéndolo sabia que estaba fingiendo— ¡Vete ahora y no me desobedezcas esta vez!—Me ordeno al oído. Ya iba a replicar— Por favor, yo voy a estar bien, solo vete y ponte a salvo— Me miro con desesperación y no pude negarme.
— Te veré afuera — Dije y salí corriendo. Benjamin volvió a llamarme pero yo no me di vuelta. Corrí por los túneles siguiendo las indicaciones. Hubo otro temblor y algo golpeo mi cabeza, quede inconsciente. En la penumbra desperté, me dolía la cabeza y al apoyar las manos sentí arena. Seguía en las cuevas, lo deduje por el olor a azufre y aquellos dibujos grabados en la piedra que vislumbraba. Sin darle importancia a la herida de mi cabeza por el golpe comencé a avanzar por los túneles, cuando sentí un temblor, era el volcán, debía apurarme si no quería morir carbonizada.
Oí a un ave graznar, sino me ocultaba chocaría conmigo y me atraparía, me aplaste contra la pared a pesar del calor. Vi sus ojos verdes esmeraldas, perfectos y . . .
debía detener mi imaginación, el era mi enemigo. Llegue a la salida del laberinto pero antes de salir algo llamo mi atención, había nombres, ¡entre ellos estaba el mío! De repente me di cuenta, esos nombres eran de esos cazadores que había visto ser raptados antes de que me chocara con Leo, aquellos que luchaban contra los demonios también eran cazadores, ellos me habían herido en mi sueño, en la mayoría de mis sueños ¡ellos intentaban matarme! ¡Leo tenia razón! Aquellos que me habían traicionado eran en quienes había confiado, ¡el volcán era la tumba de inocentes!
Desvíe la mirada, sentí rabia y vergüenza de mi misma, al ver al precipicio lo vi. Serio y con tristeza en su cara, miraba a la nada. Se giro y me vio, su expresión se volvió de sorpresa; deseaba tanto correr a el y abrazarlo; pero era seguro que para este momento me odiaba y ninguna disculpa me devolvería su confianza.
Se acerco, yo me quede quieta, inmóvil esperando, se detuvo a unos centímetros y me atrapo con su mirada fija, acaricio mi cara y me abrazo fuertemente contra él. Me quede unos segundos confundida pero sin preguntar nada lo abrace y enterré mi cara en su pecho, estuvimos un momento así hasta que un temblor nos recordó que estábamos en un volcán, nos separamos pero seguimos viéndonos a los ojos.
—Yo... —Intente hablar pero me interrumpió poniendo un dedo sobre mi boca.
—Primero ven conmigo y luego hablamos — Dijo sonriendo, ya no había tristeza en su cara. Le devolví la sonrisa y lo seguí sin preocuparme a donde.
Me llevo por el bosque y cuando estuvimos lo bastante alejados me acerco a él y me beso.
—Lamento no habértelo dicho antes, sabia que no dejaría de confiar en esas “personas”— Se disculpo.
—No te disculpes yo soy la idiota que no confió en ti— Dije— Tenia razón, incluso mis sueños me lo habían dicho— Se puso tenso.
— ¿Qué pasaba exactamente?—Pregunto mirándome fijo.
—Nada, tranquilízate— Le rogué, Mi padre me había salvado, ¡Mi papa seguía en el volcán!—Mi papa s…—Intente correr de vuelta pero me detuvo.
—Tranquila, él sabe como salir— Dijo sonriendo— él es de la resistencia— Me quede confundida.
—Puedes dejar soltarme sorpresas como si nada— Le pedí, él sonrió.
—Te faltan muchas cosas por saber— Dijo y volvió a besarme.

lunes, 21 de junio de 2010

Vuelvo con el cuento

Leo me agarro del brazo y me dio la vuelta, estaba molesto.
—Te perderás, déjame llevarte al cuarto—No me miraba.
—Esta bien— Respondí, tampoco tenía ganas de mirarlo.
Me guío por los pasillos de piedra y para pensar en otra cosa me puse a observar cuidadosamente las paredes sin perder el paso para que no tuviera más motivos de estar molesto, los demonios enojados no son buenos enemigos. Cada tanto se repetía una secuencia de dibujos que, por lo que entendí, advertía si se podía doblar a ambos lados, seguía para la izquierda o derecha, etc. Eran indicaciones, los demonios podían ver en la oscuridad, era el escondite perfecto.
Terminamos en el cuarto, una vez que entre el se fue.
Entre en el cuarto, al fin podía verlo bien con la antorcha, no era muy grande como había comprobado antes, me acerque a las armas y me di cuenta que eran las que tenia la vez que nos encontramos, ahora que lo recordaba no tenia idea de hacia cuanto Leo me había traído, podían haber pasado días. No estaba mi bolso con mi ropa y mi comunicador, lo habría dejado caer. Me acerque al rincón opuesto para ver lo que la vez anterior no había podido ver, pensé que era un poso pero al alumbrarlo vi que tenia mucho agua, perfecto, la verdad es que ya me sentía sucia. Cerré la puerta de la entrada, me saque la ropa y entre, estaba fría pero como no corría viento en esos túneles hacia calor por lo que me venia bien. Una vez terminado el baño abrí el armario y observe que las telas eran ropas, me quedaban grandes, asíque con un cuchillo las corte y uní con nudos, eran bastantes cómodas sobre todo para moverse en caso de tener que pelear.
Volví a pasar el tiempo boca arriba en la cama, no podía volver a salir si Leo no estaba cerca, no todos los demonios eran tan inútiles como los dos que vencí, no a todos podría vencer con las armas y muchos tenían rencor contra los cazadores. Como Leo. Ese pensamiento me hizo sentir triste.
En algún momento me dormí. Volví a ese lugar oscuro, pero cuando la sombra apareció podía verla mas clara, se notaban rasgos de hombres y volví a sentir ese sentimiento de asfixia como en la pasadilla anterior. Unos golpes me despertaron, me sentí aliviada al despertar, volvieron a tocar, al abrir la puerta me lleve una sorpresa, quien había tocado no era Leo, era mujer muy hermosa de figura y facciones marcadas, cabellos rubios y de ojos azules.
—Leo me pidió que te trajera esto— me mostró el plato de puré que me había dado antes. ¿Quién es ella? ¿Y por qué solo me dan esto? Me pregunte— Leo dijo que preguntas mucho—Comento con una sonrisa, la mire a los ojos, ¿qué me podía hacer?—Me llamo Camila, soy una sirena y puedo saber lo que piensas, el puré es porque debemos cuidar lo que tenemos.
— ¿Qué?— Pregunte atónita.
—No te enojes— Me pidió, hablo con Leo, pero ella si parecía arrepentida— Al no estar en mi ambiente me siento desprotegida y recurro a mi poder para compensarlo, puedo dejar de hacerlo si te molesta— Dijo
— ¿Puedes?— Pregunte tomando el plato de puré, ya mas calmada, estaba rodeada de criaturas, iba a tener que dejar de sorprenderme.
—Si me concentro en otra cosa tu mente seguirá siendo privada— Respondió sonriendo de nuevo. La deje pasar al cuarto.
— ¿Y por qué viniste tu y no Leo? ¿Esta molesto?— Le pregunte cambiando de tema, en realidad se me escapo, ¿qué me importaba él?
—Si pero no contigo, tiene miedo de que te hayas enojado mucho con él por lo que dijo, es que no le agradan los cazadores— Respondió mirando lo que llevaba puesto, no dándole importancia a la pregunta.
—Ya me di cuenta— comente.
—Creí que no te quedaría la ropa de Leo pero veo que te has arreglado— Dijo— Pero si quieres algo mas dímelo y te prestare la mía— La observe, era mucho mas alta que yo o Leo, como hacia para pasar por los túneles?
—Los túneles son mas altos de lo que crees— Respondió mirando alrededor, de pronto me miro fijo asustada— Perdón no era mi intención hacerlo es que no llegue a distraerme del todo.
—Si se te escapa trata de olvidarlo y no responderme— Dije. Comí el puré rápido porque me incomodaba que Camila me mirara tanto.
—Bueno, vamos— Dijo una vez que termine.
— ¿Adonde?— Pregunte.
—Ya veras— Respondió y salio. La seguí, volví a observar cuidadosamente los dibujos en la pared. Recorrimos muchos pasillos, hasta que al fin terminamos ante una enorme puerta. Camila la abrió y quede asombrada de lo que estaba viendo.
Era un enorme cuarto lleno de demonios y otras criaturas como metamorfos, sirenas hasta incluso árboles. En un costado estaba Leo, acompañado de tres personas, demonios, una mujer mayor pero que al verla no podías no respetarla, su figura era menuda pero sus facciones eran serias y ni hablar de sus ojos, y dos hombres en edad madura. Camila se acerco a estas personas y las saludo, yo me quede atrás.
—Así que tu eres Alba— Dijo la mujer, todos en el cuarto callaron y se quedaron mirando con respeto, había acertado.
—Si— Respondí, no sabia que más decir.
—Podrías decirme que has soñado—Me pidió. Yo la mire confundida, pero eran solo pesadillas, ¿por qué le interesaban? Casi la había olvidado por la aparición de Camila, casi.
—Soñé con una sombra con rasgos de hombre asfixiándome— Dije.
— ¿Puedes ver en que lugar ocurre?— Cada vez me enredaba mas.
—En un lugar oscuro— Respondí.
—Todavía necesitas practicar— Dijo y se alejo a otro grupo de gente, junto con los dos hombres. Las conversaciones se reanudaron y yo me quede perdida.
— ¿Pero que…?— No entendía nada. Camila me miro con compasión.
—Dile— Le ordeno a Leo.
— ¿Por qué? Están bien las cosas así— Se quejo, no me había mirado cuando llegue pero ahora que lo hacia me sentía nerviosa.
—No me importa quien, solo que alguien me diga que esta pasando— Me exaspere, me necesitaban y al segundo me dejaban a un lado sin explicación, me estaba enojando.
—No tienes Habilidad sobre la tierra porque se te a otorgado un don mejor— Dijo la mujer volviendo cerca de nosotros tres, Leo la miro molesto— Puedes ver lo que sucederá, al igual que mi hijo y Camila has sido bendecida con una habilidad única, control sobre uno de los misterios mas grandes, la mente— Me quede helada. ¿Yo era vidente?
—No es cierto, son solo pesadillas— Dije convencida.
— ¿Estas segura?— Me pregunto y me miro con sus ojos rojos, de pronto me vinieron a la mente los primeros sueños que tuve y que no dejaba de tener hasta que papa me dio ese atrapasueños, en batalla tendría una aliada, cuando conocí a Vera; Papa sangrando en una pierna, él paso 2 meses en casa y había inventado que estaba de vacaciones pero yo igual me había preocupado; la mariposa plateada, que se parecía a la pequeña espada que me regalaron y el ultimo aquel laberinto oscuro en donde me encontraba ahora.
Me quede petrificada dando me cuenta de esto.
Leo se interpuso entre su madre y yo.
— ¿Por qué no podías esperar un poco mas?— Le pregunto enojado— Ella no es como Camila, que lo acepta todo porque puede entenderlo, Alba ha vivido protegida y tu solo la confundes— Me tomo en brazos—No esperes que se nos una, ella todavía confía en esos monstruos— Le dijo antes de salir de aquel cuarto. Reaccione en los pasillos.
— ¿A quien les dices monstruos?— Le pregunte molesta, empecé a desesperarme— ¡Bájame, que puedo caminar!— Exclame girándome para caer al suelo, al que no caí porque me sostuvo, me dejo poner los pies en el suelo pero no me soltó y me acorralo contra una pared.
— ¿De verdad crees que esas personas van a venir por ti?—Se notaba que estaba enojado y su cara estaba muy cerca de la mía— Por lo único que te aceptarían seria por tu poder, nunca les importaste y lo sabes— Mi orgullo no me dejaba admitir que tenia razón, me dolía el hecho de que siempre lo había sabido.
—Mis padres no perderán la esperanza y Vera vendrá por mi— Dije en un hilo de voz, las lagrimas amenazaban con salir. Note que sus ojos se ablandaban un poco. De pronto hizo algo que no me esperaba, ¡me beso! Primero suave y después más fuerte, yo solo me dejo llevar…

jueves, 17 de junio de 2010

Microrelatos

Voy a saltear un capi del cuento para poner los microrelatos que hice.
Esperon que les gusten y se rian.

Los que se pelean se aman
Él la golpeo dejándole rojo el cachete, pero ella se lo devolvió con otro golpe haciéndole sangrar la nariz. Él le golpeo en el estomago y ella lo noqueo. Cuando reacciono, ella lo beso.
—Gane yo amor, comemos ensalada de coliflor con churrasco—Dijo sonriendo. Los niños pusieron mala cara y miraron enojados a su padre.

Más vale solo que mal acompañado
“Dejo todos mis bienes al hospital”
Puso un hombre en su testamento. Miro la foto de su familia y amigos, escribió hipócritas en sus caras y tiro del gatillo.

Al que quiere celeste que le cueste
Después de recorrer 32 librerías y 10 quioscos, llego a su casa cansada, pero con los acrílicos. Su hija la miro molesta.
— ¡Ma, yo necesitaba azul no celeste!—se quejo la nena.

Los chiflados están siempre seguros de estar bien, solo los sanos se hallan dispuestos a admitir que están locos
— ¡Hola! ¿Cómo estas?
— Loco ¿vos?
— También loco
— Que bien, bueno nos vemos otro día
— Chau

Al que madruga Dios lo ayuda
Ese día no hizo caso al despertador y fue el peor de su vida. Se resbalo, callo por las escaleras, se golpeo la cabeza con un fierro descolgado, cruzo la calle y lo atropello una bicicleta, cuando llego al hospital el doctor le dijo que agradezca a dios que no se le rompieron los pantalones.

No todo lo que brilla es oro
Los indígenas hartos de los abusos de los españoles, se alzaron en armas contra ellos, estos robaron todo lo que pudieron mientras escapaban. En su barco a salvo notaron que lo que les sacaron a los indígenas eran las piedras falsas que ellos les habían dado.

No aclares que oscurece
El niño entretenido con un cuento se acerco más a la luz para poder leer claramente y accidentalmente hizo girar la perilla que controlaba la luz, subiéndola. De pronto todo quedo a oscuras
— ¡¿Quién fue el pavote que subió la luz?!—exigió su padre furioso.
El niño dejo el libro y se escondió en su cama con miedo de ser castigado por provocar el apagón.

lunes, 14 de junio de 2010

Me pare y lo seguí, pero cuando salí del cuarto no lo veía más, la antorcha alcanzaba a alumbrar hasta una esquina y a partir de ahí era todo oscuro. Me encontraba en un pasillo angosto, de piedra y esta estaba toda grabada por unos extraños dibujos. Tenia que explorar, estaba en un refugio de demonios o tal vez no, pero yo sola no era una buena idea pelear, no es que no tuviera fe en mi fuerza es que era realista. Así que tome coraje y empecé a caminar con cuidado. Había un pasillo y luego otro, era un laberinto, tenia que volver y memorizar el camino que había tomado para probar luego otro y así entenderlo.
Cuando volvía creí ver una sombra y la seguí, total, si me perdía seguro terminaría en algún cuarto con demonios. También estaba la posibilidad de que solo estuviéramos él y yo en ese laberinto o que hubiera otros monstruos. Me arrepentía de no llevar un arma conmigo.
Volví a ver la sombra, ya no me parecía que la hubiera imaginado. La seguí, empecé a escuchar un molesto zumbido y termine en un enorme y ancho cuarto lleno de lo que parecían personas discutiendo sobre algún plan o tema de territorio ya que todos estaban concentrados en un enorme mapa y gritaban sin escucharse, me recordaban a las reuniones del pueblo.
En un momento todos percibieron mi presencia y el griterío se fue apagando hasta que el silencio fue absoluto. No sabia que hacer ante esta situación, todos parecían seres humanos pero no entiendo porque no muestran sus verdaderas caras cuando no tienen que engañar a nadie. “Es ella” escuche en un murmullo que acabo pronto. Retrocedí un paso y todos lo siguieron atentos a cualquier movimiento.
Me aleje rápido de ese pasillo y después de un rato volví a escuchar el barullo. Me relaje, nadie me siguió, tenia ganas de volver y preguntar porque no me trataban como a un enemigo, tal vez ellos supieran porque al chico de ojos verdes le servían mis sueños, pero era mejor dejar las cosas como estaban. Ahora que lo analizaba no sabía su nombre y tampoco había averiguado si era un demonio o no, a decir verdad no entiendo porque yo era la que terminaba respondiendo a sus preguntas, la próxima vez tenia que encararlo y saciar mis dudas.
Escuche unos pasos y me puse en alerta. Eran dos hombres, ambos robustos y con facciones muy marcadas, me miraron con detenimiento.
—Así que tu eres la cazadora sin poderes— Dijo uno, los dos se miraron sonriendo— No será tan divertido como con un cazador real pero podemos disfrutar contigo— Volvió a hablar. Me enoje.
—Intenta algo y veremos si no es divertido— Dije molesta, odio a aquellos que se aprovechan de los débiles, no es que yo fuera una. El monstruo dejo de sonreír y no espero nada para atacar, aunque el pasillo era angosto no me costo mucho esquivarlo y golpearlo en el costado, cayo y tomo su verdadera forma, un horrible lagarto.
—No exageres, apenas te toque— Sonreí, aunque no debería provocar a un demonio, era realmente divertido. Se volvió a parar y a lanzarse sobre mi, y yo lo volví a esquivar y golpear pero esta vez en las costillas. Se quedo en el suelo tomando aire, el otro no espero a que lo mirara, tomo su verdadera forma y se lanzo sobre mi, a este lo golpee en plena cara y cayo de espaldas — Deberían practicar más, porque si una cazadora SIN PODERES puede vencerlos les ira mal con el resto— Dije riéndome.
Escuche aplausos a mis espaldas y al darme vuelta lo vi, estaba solo riéndose conmigo.
—Deberían escucharla— Dijo, los demonios se pararon rápidamente.
—Lo sentimos Leo— ¡Se llamaba Leo!—Solo estábamos jugando— Le tenían miedo.
—Bueno, ahora saben que no tienen que meterse con ella, váyanse— Ordeno y no tuvo que repetir porque los demonios salieron disparados.
— ¿Que eres?— Era mi oportunidad de averiguar, todavía sentía mi corazón agitado así que esta vez no me enredaría— ¿Eres demonio o no?— pregunte él me miro sorprendido ante mis preguntas.
— ¿No te sorprende encontrarte perdida y siendo atacada por dos demonios?— Me pregunto.
—La verdad estoy acostumbrada a que me ataquen de improviso—Respondí— Así que ¿Qué eres?— Volví a preguntar. Se quedo mirándome un rato, dudando.
—Mi madre era demonio y mi padre un metamorfo, por eso mi ojos verdes— Respondió
— ¿Tienes habilidades de demonio y metamorfo?—Por eso pudo dormirme sin problema— ¿En que animal te conviertes?— Seguí preguntando.
—No vas a dejar de preguntar hasta que responda, ¿verdad?— Me pregunto.
—Es justo, yo ya respondí tus preguntas, y como no vas a decirme para que te sirven mis sueños— El sonrío, había acertado— me tienes que contar cosas de ti.
—Tienes razón, es justo— Levanto las manos como rindiéndose— Sígueme mientras te hablo— Empezamos a caminar— Tengo 20 años, me llamo Leo, puedo convertirme en muchos animales y usar los poderes de un demonio, como hipnotizar—Mire para otro lado, estamos caminando por túneles de piedra todo al nuestro alrededor estaba oscuro excepto por la antorcha que seguía llevando— No tengo forma demoníaca— Lo volví a mirar pero el parecía concentrado por donde íbamos—y puedo saber todo sobre alguien con tal de probar su sangre— Nos detuvimos y fijo su mirada en mi, no se si me puse roja pero sentía la cara ardiendo.
— ¿Probaste mi sangre?— Pregunte furiosa, ¡Lo mato! ¡Lo mato!
—No te enojes— Pidió, pero se notaba que no se arrepentía. Para los cazadores, su sangre es sagrada, el hecho de que un monstruo la bebiera y volverte uno, como con los vampiros, aunque fuera un monstruo diferente, no era bueno— Tenia que saber quien eras y que podías hacer.
— ¿Y de que te enteraste?—pregunte mirando para otro lado, no quería verlo a la cara y que me hipnotizara con sus ojos para que lo perdonara.
— Te llamas Alba, tienes un temperamento muy difícil y que al igual que yo eres diferente— Respondió, lo último llamo mi atención. Lo mire y sus ojos mostraban entendimiento— Para mi también fue difícil conseguir el respeto de mis pares— De pronto su cara se volvió seria, parecía molesto— Pero tu solo tendrías que matar a alguno de nosotros para que el resto te viera como una verdadera cazadora— Dejo de mirarme y empezó a caminar rápido. Lo alcance y lo encare.
—Pues perdón por defender lo que creo y me enseñaron que es correcto, no te hagas el ofendido si te molesta mi origen. Todo ser vivo pelea para defender en lo que cree y valora, asíque no somos tan diferentes— No me quede a ver como lo tomaba, me di la vuelta y empecé a avanzar rápido dejándolo atrás.

domingo, 6 de junio de 2010

Era el chico que me encontré en el pueblo del aire, cuando esta estaba siendo atacada por demonios, me dolía la cabeza, ¡él me hizo algo!
— ¿Qué me hiciste? —Pregunte parándome y poniéndome en posición de defensa, me da vueltas la cabeza pero no puedo mostrar que estoy débil.
—Solo te dormí con hipnosis ¿o es que no te enseñaron a no ver a un demonio a los ojos?—Dijo serio, no sonreía, ¿esta o no jugando conmigo?
— ¿Por qué? ¿Para qué me tienes en este cuarto?—Pregunte, no podía perderlo de vista.
—La verdad es que no se que hacer contigo por lo que no puedo responder a la primer pregunta—Respondió, eso me dejo confundida—Bueno hasta que me decida te quedas aquí—Dijo, se me quedo mirando un rato mas y cerro la puerta dejándome otra vez en la oscuridad.
Fui contra la puerta pero no pude derribarla, lo intente varias veces pero solo conseguí cansarme, por lo que me arrastre a la cama y me tendí sobre ella, no tenia sueño pero tampoco tenia fuerzas para levantarme.
Que yo sepa los demonios no tienen los ojos verdes ni dejan a sus victimas vivas. Definitivamente no era un demonio ¿o tal vez si?, Si no lo era ¿cómo había logrado dormirme? ¿Tendría algún trato con los demonios? ¿Para que me mantenía encerrada? ¿Para qué me quería? Tantas dudas y tan pocas ganas de pensar.
Una vez recuperadas mis fuerzas di vueltas por el cuarto tratando de saber que me rodeaba, como no podía ver nada utilizaba el tacto. Me encontré con un armario chico que tenia telas desordenadas, a un lado de este había armas pero no podía especificar que tipo ya que como no veía me corte y no quise seguir investigando y sacando la cama en la que había despertado no había nada mas en el cuarto que tierra y arena.
No se cuanto tiempo estuve dando vueltas, pero a pesar del hambre volví a tener sueño así que me tire en la cama y espere a dormirme.
No tarde mucho, pero empecé a tener un sueño bastante raro en el cual yo estaba en un cuarto oscuro y una sombra negra aparecía de la nada, dirigiéndose a mi, me atrapaba y asfixiaba, sentía que quemaba mi cuerpo.
Desperté de golpe, sentía la cara húmeda y al la vez ardiendo, me dolía el pecho como si me hubieran golpeado. Alguien me aplasto contra su pecho no suavemente, hasta que me calme y me di cuenta de dos cosas: la primera el sueño era el mismo que tenia de niña y segundo quien me abrazaba no era ni papa, ni mama ni Vera. Me separe rápidamente para ver esos ojos verdes llenos de confusión y petrificándome otra vez.
La puerta estaba abierta, por lo que podía ver mejor su rostro, si no fuera un demonio admitiría que es bastante lindo, tenia cabellos castaños, las facciones sencillas y no era robusto, pero mi orgullo esta primero.
— ¿Estas bien?— Pregunto, yo solo asentí recuperando un poco la cordura, tal vez lograra escapar si lo empujaba de la cama— Ni lo intentes— Dijo tomando mis brazos con más fuerza como si hubiera leído mi mente.
— ¿Cómo…?—Empecé.
—Es obvió que intentaras alguna estupidez porque crees que voy a matarte, como todo cazador—Dijo serio, a pesar de que su expresión daba miedo sus ojos lo delataban de que no era tan frío como aparentaba.
—No se que creíste que haría pero solo quiero que salgas de encima de mis piernas —Dije mirando mis pobres piernas aplastadas por su cuerpo que no era nada liviano.
—Lo siento—Se disculpo parándose—Te traje la comida y estabas agitándote como si pelearas con alguien invisible— Me alcanzo un plato con lo que deduje era puré.
—Lo estaba—Respondí tomando el plato, no me importa si me quiere envenenar, me muero de hambre. El puré tenía buen sabor pero por las dudas no preguntaba que era— ¿Ya decidiste que harás conmigo?—Pregunte sin levantar la vista del plato.
—La verdad no— Respondió volviéndose a sentar en la cama pero esta vez en un borde. Levante la vista y lo mire, de perfil también era lindo, miraba la puerta abierta, seguí su mirada pero solo podía ver una pared de piedra alumbrada por fuego— Eres una cazadora pero no tienes poderes y tampoco has tenido una misión, por lo que eres joven— Esto lo dijo mirándome.
—Tengo 18, pero ¿Cómo sabes que no tengo poderes ni he tenido una misión?— Pregunte, no se porque estaba hablando con el pero no estaba informándolo de algo que le sirviera, porque a pesar de mi edad el no sabe como peleo.
—Porque no los has usado, lo que me parece raro y cuando te encontré en el pueblo te había escuchado cuando te separabas de aquel hombre, que creo era tu padre, ¿verdad?— No respondí — ¿Qué hago contigo? —Se pregunto.
— ¿Me dejas ir?—Aventure, no perdía nada por intentarlo.
—No, creo que te vas a quedar un tiempo mas—Dijo sonriendo.
—Vamos, si no me matas déjame ir, no te sirvo— Me queje.
—Tus sueños si— Dijo, se levanto y fue hasta la puerta— Puedes salir, no me sirves malhumorada por estar encerrada, pero te atrapare si intentas escapar y no te metas en problemas—Me pidió.
— ¿Para qué te sirven mis sueños?— Pregunte confundida.—Si te quemas avísame—Dijo y se alejo dejándome confundida y con la puerta abierta

sábado, 5 de junio de 2010

Continua ^^

Salimos temprano, mama no vendría porque se “sentía mal”, seguro papa le pidió que no viniera para no tener dos contra uno, maldito viejo terco. Incluso Vera me dijo “compórtate, Benjamin ya es una persona madura, no te comportes como una caprichosa” ¡pues perdón por ser inmadura!
Papa iba delante de mi, no nos hablábamos asíque yo disfrutaba del paisaje, el bosque a esa hora tenia una mezcla de colores fríos con calidos, era hermoso.
Era un viaje de un día, por la noche llegaríamos al pueblo de los del aire. No nos detuvimos a comer ni a descansar, mi orgullo me impedía decir que estaba cansada igual que papa por lo que llegamos temprano, era un pueblo ubicado en un valle rodeado de árboles. Empecé a sentir olor a quemado, había demasiada luz en el pueblo y todavía faltaba unas horas antes que oscureciera. . .
— ¡Los están atacando! —Grito papa al mismo tiempo que me daba cuenta.
Corrimos lo más rápido que pudimos, yo saque mis armas de sus fundas en el trayecto y papa empezó a convocar a las raíces. Jóvenes y niños corrían a los bosques a ocultarse o a buscar ayuda de otros pueblos. Unos niños nos alcanzaron.
— ¡Son demonios! ¡Han incendiado el pueblo! — Una vez dicho esto siguieron corriendo. Ese era el gran plan de defensa, los más jóvenes corrían a refugiarse mientras los mayores se encargaban de mantener ocupados a los monstruos.
—Alba, ve de vuelta a casa y pide ayuda—Me ordeno papa.
— ¡No! Esos niños se encargaran de alertar, déjame ayudarte —Dije mientras lo seguía a la entrada del pueblo.
— ¡Pero todavía no has recibido tu primera misión! —Grito por los ruidos de las garras chocar, las casas cayendo y los otros gritos.
—Pues entonces adelantemos las cosas—Dije y corrí por otra calle para ayudar a los cazadores.
Los demonios tenían las semejanzas de un humano, igual que muchos monstruos, pero su piel era más fuerte que la de otras criaturas y era muy difícil cortarla si no tenías un arma especial, que por suerte a cada cazador le dan una después de cumplir los 15. Empecé a ayudar a los otros a mantener a raya a esos monstruos, ya sabían que no podía hacer mucho sin habilidades pero para eso me entrenaba más que el resto en armas.
Me encontré a Benjamin, sus ojos negros estaban fieros y su cabello dorado mojado, se movía con su espada como si esta fuera una extensión de su brazo, era alto y hombros anchos, había cambiado mucho.
— ¿Alba?—Me reconoció con una sonrisa—Hace mucho que no nos vemos—Comento mientras se deshacía de un demonio. Muy pagado de si mismo—Has crecido.
—Lamento que tu cumpleaños se haya arruinado—Cambie de tema, no podía ponerme a hablar de trivialidades con él ahora. Se encogió de hombros.
—No podría ser mejor—Dijo feliz y se alejo abriendo camino entre nuestros enemigos.
Los demonios empezaron a ceder en su defensa, uno a uno fueron cayendo mientras que la esperanza crecía en los cazadores. Los últimos se alejaban ya dábamos por ganada esta batalla, cuando regresaron y empezaron a tomar presas, nosotros.
Corrí alejándome a través de las paredes que todavía quedaban en pie hasta que choque contra alguien, iba a caer pero el me sostuvo y me quede prendada de sus ojos verde esmeralda. El también me miraba fijo, sentí calor en mi cara pero era algo bueno, creo.
¡No era momento de quedarme quieta! ¡Tenia que ayudar! Pero no podía dejar de mirar esos ojos ni moverme un centímetro. Soltó su aliento sobre mi cara y cedí a un extraño sueño que se adueñaba de mí.
Desperté, estaba todo oscuro, me encontraba en algo suave, lo palpe pero se sentía como una cama, me pare y me maree, no recordaba nada, al poner los pies en el suelo me di cuenta que estaba descalza, toque mis ropas, todavía las tenia. De pronto una puerta en frente de mi se abrió, la luz entraba por ella y una persona, que no lograba ver su cara porque le daba la espalda a la luz, se quedo en el umbral mirándome.
—Has despertado—Dijo con una voz suave. Entrecerré los ojos y pude ver los ojos verde esmeralda. Lo recordé.

Mi cuento (no se me ocurre un titulo)

El mundo esta habitado por todo tipo de criaturas y seres.
Entre ellos los humanos y cazadores que viven por separado por las capacidades que los últimos tienen y porque para los humanos solo servimos de protección.
Los cazadores viven en cuatro pueblos divididos por el elemento con el que trabajaban (tierra, fuego, aire y agua) y subdivididos en clanes por la habilidad que tienen, pero todos comparten la misma capacidad de aumentar sus sentidos.
Mi padre pertenece al clan de las trepadoras, tierra; pueden controlar a voluntad las raíces o plantas trepadoras e incluso con mucha practica a un árbol. Su nombre es Lázaro.
Un día explorando se encontró con un humana (Sabrina), de la que se enamoro a primera vista por sus largos cabellos y ojos color ámbar. Y con la que se caso a pesar de la oposición de ambas familias, mi madre.
Me llamaron Alba, porque que nací al amanecer, según ellos era una flor del sol ya que mis cabellos son rojo anaranjados al igual que mis ojos. Les gusta mucho darle un toque poético a todo. No hay opinión, son mis padres.
A diferencia de los otros cazadores no mostré señales de mi habilidad con las raíces, lo que causo que muchas cotillas hablaran mal de mi madre y eso solía meterme en problemas (muchos) y aun lo hace. Mama siempre decía que yo era especial a mi manera y que no podría controlar las raíces pero seguía siendo una muy buena luchadora como papa. A él tampoco le importo mucho mi falta de habilidad a pesar de la presión de mis abuelos por ser su única descendencia. Lo único diferente era el hecho de que no dormía bien por unas pesadillas constantes hasta que papa me regalo un atrapasueños y cesaron, pero eso sucedió en mis primeros años de vida.
Mi mejor amiga es una cazadora llamada Vera, tiene la habilidad de moldear la tierra a su antojo, su pelo es castaño y sus ojos color azul, muy diferente a mi; nos conocimos en una fiesta a los 8, aunque empezamos como oponentes (el chusmerio de que no tenia habilidad porque era hija de una humana ordinaria se había repartido por todo el pueblo de tierra, y a los niños les divertía burlarse de los mas débiles), Vera se encontraba en ese grupo y cuando empecé a desafiarlos terminamos enfrentándonos, no pudimos hacernos muchos porque los mayores nos separaron. La fiesta se componía de competencias entre los elementos, uno de los retos era una guerra entre estos, me colocaron en bando de tierra porque peleaba bastante bien (pero estoy segura que lo hicieron para intentar humillar a mi padre y demostrarle lo débil que resultaban las uniones con humanos). No ganamos, pero Vera y yo unimos fuerzas y vencimos a niños mas grades con habilidades de fuego y aire. Desde entonces nos volvimos carne y uña.
Pasaron los años y cumplí los 18 sin tener ningún control sobre las plantas, pero con un terrible carácter y un excelente manejo de las armas que compensaba mi falta de habilidades.

— ¡Alba!—Me llamo papa, me acerque para saber que quería—Vamos a ir a ver a la familia de Gustavo mañana, es el cumpleaños número 20 de Benjamin.
— ¿QUE?!—Grite— ¿Por qué tengo que ir?!— Me lamente.
—Es el hijo de mi mejor amigo y tu amigo de la infancia—Respondió tranquilo
— ¿Estamos hablando del mismo Benjamin?—Pregunte mirándolo a los ojos, él me devolvió la mirada.
—Solo eran bromas de niños, hace 8 años que no lo ves, seguro ya es más maduro —Dijo.
— ¡Pero. . ! —Empecé a quejarme.
—Pero nada, vas y punto—Terminó la conversación y volvió a fijar la mirada en el libro que estaba leyendo.
El siempre me decía las cosas que me desagradaban cuando estaba ocupado así tenia la excusa para ignorarme. Gustavo era su mejor amigo y era un cazador con habilidad para el aire, una vez que a los cazadores les daban una misión los mezclaban con otros de distintos elementos para fortalecer sus ataques, ellos estaban en el mismo equipo desde su primer misión. A mi me faltaban 2 años para recibir mi primer misión, ojala me tocara con Vera. Gustavo era un buen hombre y no se oponía al matrimonio de mis padres, es más, se llevaba muy bien con mama, pero su hijo ¡era un demonio! Desde la primera vez que nos conocimos se divirtió molestándome y cuando descubrió su poder practicaba conmigo (en mi), puede crear grandes cantidades de viento, hasta un huracán. Mi padre quiere que me lleve bien con él porque seguro lo quiere de yerno, ya lo debe haber hablado con Gustavo, ¡PORFAVOR NO! ¡Ojala mama me ayude!
No se que le ven las chicas, dicen que es guapo pero es que no conocen su lado demoniaco. Vuelve a intentar algo y esta vez le voy a enseñar lo que he estado practicando.