lunes, 14 de junio de 2010

Me pare y lo seguí, pero cuando salí del cuarto no lo veía más, la antorcha alcanzaba a alumbrar hasta una esquina y a partir de ahí era todo oscuro. Me encontraba en un pasillo angosto, de piedra y esta estaba toda grabada por unos extraños dibujos. Tenia que explorar, estaba en un refugio de demonios o tal vez no, pero yo sola no era una buena idea pelear, no es que no tuviera fe en mi fuerza es que era realista. Así que tome coraje y empecé a caminar con cuidado. Había un pasillo y luego otro, era un laberinto, tenia que volver y memorizar el camino que había tomado para probar luego otro y así entenderlo.
Cuando volvía creí ver una sombra y la seguí, total, si me perdía seguro terminaría en algún cuarto con demonios. También estaba la posibilidad de que solo estuviéramos él y yo en ese laberinto o que hubiera otros monstruos. Me arrepentía de no llevar un arma conmigo.
Volví a ver la sombra, ya no me parecía que la hubiera imaginado. La seguí, empecé a escuchar un molesto zumbido y termine en un enorme y ancho cuarto lleno de lo que parecían personas discutiendo sobre algún plan o tema de territorio ya que todos estaban concentrados en un enorme mapa y gritaban sin escucharse, me recordaban a las reuniones del pueblo.
En un momento todos percibieron mi presencia y el griterío se fue apagando hasta que el silencio fue absoluto. No sabia que hacer ante esta situación, todos parecían seres humanos pero no entiendo porque no muestran sus verdaderas caras cuando no tienen que engañar a nadie. “Es ella” escuche en un murmullo que acabo pronto. Retrocedí un paso y todos lo siguieron atentos a cualquier movimiento.
Me aleje rápido de ese pasillo y después de un rato volví a escuchar el barullo. Me relaje, nadie me siguió, tenia ganas de volver y preguntar porque no me trataban como a un enemigo, tal vez ellos supieran porque al chico de ojos verdes le servían mis sueños, pero era mejor dejar las cosas como estaban. Ahora que lo analizaba no sabía su nombre y tampoco había averiguado si era un demonio o no, a decir verdad no entiendo porque yo era la que terminaba respondiendo a sus preguntas, la próxima vez tenia que encararlo y saciar mis dudas.
Escuche unos pasos y me puse en alerta. Eran dos hombres, ambos robustos y con facciones muy marcadas, me miraron con detenimiento.
—Así que tu eres la cazadora sin poderes— Dijo uno, los dos se miraron sonriendo— No será tan divertido como con un cazador real pero podemos disfrutar contigo— Volvió a hablar. Me enoje.
—Intenta algo y veremos si no es divertido— Dije molesta, odio a aquellos que se aprovechan de los débiles, no es que yo fuera una. El monstruo dejo de sonreír y no espero nada para atacar, aunque el pasillo era angosto no me costo mucho esquivarlo y golpearlo en el costado, cayo y tomo su verdadera forma, un horrible lagarto.
—No exageres, apenas te toque— Sonreí, aunque no debería provocar a un demonio, era realmente divertido. Se volvió a parar y a lanzarse sobre mi, y yo lo volví a esquivar y golpear pero esta vez en las costillas. Se quedo en el suelo tomando aire, el otro no espero a que lo mirara, tomo su verdadera forma y se lanzo sobre mi, a este lo golpee en plena cara y cayo de espaldas — Deberían practicar más, porque si una cazadora SIN PODERES puede vencerlos les ira mal con el resto— Dije riéndome.
Escuche aplausos a mis espaldas y al darme vuelta lo vi, estaba solo riéndose conmigo.
—Deberían escucharla— Dijo, los demonios se pararon rápidamente.
—Lo sentimos Leo— ¡Se llamaba Leo!—Solo estábamos jugando— Le tenían miedo.
—Bueno, ahora saben que no tienen que meterse con ella, váyanse— Ordeno y no tuvo que repetir porque los demonios salieron disparados.
— ¿Que eres?— Era mi oportunidad de averiguar, todavía sentía mi corazón agitado así que esta vez no me enredaría— ¿Eres demonio o no?— pregunte él me miro sorprendido ante mis preguntas.
— ¿No te sorprende encontrarte perdida y siendo atacada por dos demonios?— Me pregunto.
—La verdad estoy acostumbrada a que me ataquen de improviso—Respondí— Así que ¿Qué eres?— Volví a preguntar. Se quedo mirándome un rato, dudando.
—Mi madre era demonio y mi padre un metamorfo, por eso mi ojos verdes— Respondió
— ¿Tienes habilidades de demonio y metamorfo?—Por eso pudo dormirme sin problema— ¿En que animal te conviertes?— Seguí preguntando.
—No vas a dejar de preguntar hasta que responda, ¿verdad?— Me pregunto.
—Es justo, yo ya respondí tus preguntas, y como no vas a decirme para que te sirven mis sueños— El sonrío, había acertado— me tienes que contar cosas de ti.
—Tienes razón, es justo— Levanto las manos como rindiéndose— Sígueme mientras te hablo— Empezamos a caminar— Tengo 20 años, me llamo Leo, puedo convertirme en muchos animales y usar los poderes de un demonio, como hipnotizar—Mire para otro lado, estamos caminando por túneles de piedra todo al nuestro alrededor estaba oscuro excepto por la antorcha que seguía llevando— No tengo forma demoníaca— Lo volví a mirar pero el parecía concentrado por donde íbamos—y puedo saber todo sobre alguien con tal de probar su sangre— Nos detuvimos y fijo su mirada en mi, no se si me puse roja pero sentía la cara ardiendo.
— ¿Probaste mi sangre?— Pregunte furiosa, ¡Lo mato! ¡Lo mato!
—No te enojes— Pidió, pero se notaba que no se arrepentía. Para los cazadores, su sangre es sagrada, el hecho de que un monstruo la bebiera y volverte uno, como con los vampiros, aunque fuera un monstruo diferente, no era bueno— Tenia que saber quien eras y que podías hacer.
— ¿Y de que te enteraste?—pregunte mirando para otro lado, no quería verlo a la cara y que me hipnotizara con sus ojos para que lo perdonara.
— Te llamas Alba, tienes un temperamento muy difícil y que al igual que yo eres diferente— Respondió, lo último llamo mi atención. Lo mire y sus ojos mostraban entendimiento— Para mi también fue difícil conseguir el respeto de mis pares— De pronto su cara se volvió seria, parecía molesto— Pero tu solo tendrías que matar a alguno de nosotros para que el resto te viera como una verdadera cazadora— Dejo de mirarme y empezó a caminar rápido. Lo alcance y lo encare.
—Pues perdón por defender lo que creo y me enseñaron que es correcto, no te hagas el ofendido si te molesta mi origen. Todo ser vivo pelea para defender en lo que cree y valora, asíque no somos tan diferentes— No me quede a ver como lo tomaba, me di la vuelta y empecé a avanzar rápido dejándolo atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario