domingo, 6 de junio de 2010

Era el chico que me encontré en el pueblo del aire, cuando esta estaba siendo atacada por demonios, me dolía la cabeza, ¡él me hizo algo!
— ¿Qué me hiciste? —Pregunte parándome y poniéndome en posición de defensa, me da vueltas la cabeza pero no puedo mostrar que estoy débil.
—Solo te dormí con hipnosis ¿o es que no te enseñaron a no ver a un demonio a los ojos?—Dijo serio, no sonreía, ¿esta o no jugando conmigo?
— ¿Por qué? ¿Para qué me tienes en este cuarto?—Pregunte, no podía perderlo de vista.
—La verdad es que no se que hacer contigo por lo que no puedo responder a la primer pregunta—Respondió, eso me dejo confundida—Bueno hasta que me decida te quedas aquí—Dijo, se me quedo mirando un rato mas y cerro la puerta dejándome otra vez en la oscuridad.
Fui contra la puerta pero no pude derribarla, lo intente varias veces pero solo conseguí cansarme, por lo que me arrastre a la cama y me tendí sobre ella, no tenia sueño pero tampoco tenia fuerzas para levantarme.
Que yo sepa los demonios no tienen los ojos verdes ni dejan a sus victimas vivas. Definitivamente no era un demonio ¿o tal vez si?, Si no lo era ¿cómo había logrado dormirme? ¿Tendría algún trato con los demonios? ¿Para que me mantenía encerrada? ¿Para qué me quería? Tantas dudas y tan pocas ganas de pensar.
Una vez recuperadas mis fuerzas di vueltas por el cuarto tratando de saber que me rodeaba, como no podía ver nada utilizaba el tacto. Me encontré con un armario chico que tenia telas desordenadas, a un lado de este había armas pero no podía especificar que tipo ya que como no veía me corte y no quise seguir investigando y sacando la cama en la que había despertado no había nada mas en el cuarto que tierra y arena.
No se cuanto tiempo estuve dando vueltas, pero a pesar del hambre volví a tener sueño así que me tire en la cama y espere a dormirme.
No tarde mucho, pero empecé a tener un sueño bastante raro en el cual yo estaba en un cuarto oscuro y una sombra negra aparecía de la nada, dirigiéndose a mi, me atrapaba y asfixiaba, sentía que quemaba mi cuerpo.
Desperté de golpe, sentía la cara húmeda y al la vez ardiendo, me dolía el pecho como si me hubieran golpeado. Alguien me aplasto contra su pecho no suavemente, hasta que me calme y me di cuenta de dos cosas: la primera el sueño era el mismo que tenia de niña y segundo quien me abrazaba no era ni papa, ni mama ni Vera. Me separe rápidamente para ver esos ojos verdes llenos de confusión y petrificándome otra vez.
La puerta estaba abierta, por lo que podía ver mejor su rostro, si no fuera un demonio admitiría que es bastante lindo, tenia cabellos castaños, las facciones sencillas y no era robusto, pero mi orgullo esta primero.
— ¿Estas bien?— Pregunto, yo solo asentí recuperando un poco la cordura, tal vez lograra escapar si lo empujaba de la cama— Ni lo intentes— Dijo tomando mis brazos con más fuerza como si hubiera leído mi mente.
— ¿Cómo…?—Empecé.
—Es obvió que intentaras alguna estupidez porque crees que voy a matarte, como todo cazador—Dijo serio, a pesar de que su expresión daba miedo sus ojos lo delataban de que no era tan frío como aparentaba.
—No se que creíste que haría pero solo quiero que salgas de encima de mis piernas —Dije mirando mis pobres piernas aplastadas por su cuerpo que no era nada liviano.
—Lo siento—Se disculpo parándose—Te traje la comida y estabas agitándote como si pelearas con alguien invisible— Me alcanzo un plato con lo que deduje era puré.
—Lo estaba—Respondí tomando el plato, no me importa si me quiere envenenar, me muero de hambre. El puré tenía buen sabor pero por las dudas no preguntaba que era— ¿Ya decidiste que harás conmigo?—Pregunte sin levantar la vista del plato.
—La verdad no— Respondió volviéndose a sentar en la cama pero esta vez en un borde. Levante la vista y lo mire, de perfil también era lindo, miraba la puerta abierta, seguí su mirada pero solo podía ver una pared de piedra alumbrada por fuego— Eres una cazadora pero no tienes poderes y tampoco has tenido una misión, por lo que eres joven— Esto lo dijo mirándome.
—Tengo 18, pero ¿Cómo sabes que no tengo poderes ni he tenido una misión?— Pregunte, no se porque estaba hablando con el pero no estaba informándolo de algo que le sirviera, porque a pesar de mi edad el no sabe como peleo.
—Porque no los has usado, lo que me parece raro y cuando te encontré en el pueblo te había escuchado cuando te separabas de aquel hombre, que creo era tu padre, ¿verdad?— No respondí — ¿Qué hago contigo? —Se pregunto.
— ¿Me dejas ir?—Aventure, no perdía nada por intentarlo.
—No, creo que te vas a quedar un tiempo mas—Dijo sonriendo.
—Vamos, si no me matas déjame ir, no te sirvo— Me queje.
—Tus sueños si— Dijo, se levanto y fue hasta la puerta— Puedes salir, no me sirves malhumorada por estar encerrada, pero te atrapare si intentas escapar y no te metas en problemas—Me pidió.
— ¿Para qué te sirven mis sueños?— Pregunte confundida.—Si te quemas avísame—Dijo y se alejo dejándome confundida y con la puerta abierta

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