sábado, 5 de junio de 2010

Mi cuento (no se me ocurre un titulo)

El mundo esta habitado por todo tipo de criaturas y seres.
Entre ellos los humanos y cazadores que viven por separado por las capacidades que los últimos tienen y porque para los humanos solo servimos de protección.
Los cazadores viven en cuatro pueblos divididos por el elemento con el que trabajaban (tierra, fuego, aire y agua) y subdivididos en clanes por la habilidad que tienen, pero todos comparten la misma capacidad de aumentar sus sentidos.
Mi padre pertenece al clan de las trepadoras, tierra; pueden controlar a voluntad las raíces o plantas trepadoras e incluso con mucha practica a un árbol. Su nombre es Lázaro.
Un día explorando se encontró con un humana (Sabrina), de la que se enamoro a primera vista por sus largos cabellos y ojos color ámbar. Y con la que se caso a pesar de la oposición de ambas familias, mi madre.
Me llamaron Alba, porque que nací al amanecer, según ellos era una flor del sol ya que mis cabellos son rojo anaranjados al igual que mis ojos. Les gusta mucho darle un toque poético a todo. No hay opinión, son mis padres.
A diferencia de los otros cazadores no mostré señales de mi habilidad con las raíces, lo que causo que muchas cotillas hablaran mal de mi madre y eso solía meterme en problemas (muchos) y aun lo hace. Mama siempre decía que yo era especial a mi manera y que no podría controlar las raíces pero seguía siendo una muy buena luchadora como papa. A él tampoco le importo mucho mi falta de habilidad a pesar de la presión de mis abuelos por ser su única descendencia. Lo único diferente era el hecho de que no dormía bien por unas pesadillas constantes hasta que papa me regalo un atrapasueños y cesaron, pero eso sucedió en mis primeros años de vida.
Mi mejor amiga es una cazadora llamada Vera, tiene la habilidad de moldear la tierra a su antojo, su pelo es castaño y sus ojos color azul, muy diferente a mi; nos conocimos en una fiesta a los 8, aunque empezamos como oponentes (el chusmerio de que no tenia habilidad porque era hija de una humana ordinaria se había repartido por todo el pueblo de tierra, y a los niños les divertía burlarse de los mas débiles), Vera se encontraba en ese grupo y cuando empecé a desafiarlos terminamos enfrentándonos, no pudimos hacernos muchos porque los mayores nos separaron. La fiesta se componía de competencias entre los elementos, uno de los retos era una guerra entre estos, me colocaron en bando de tierra porque peleaba bastante bien (pero estoy segura que lo hicieron para intentar humillar a mi padre y demostrarle lo débil que resultaban las uniones con humanos). No ganamos, pero Vera y yo unimos fuerzas y vencimos a niños mas grades con habilidades de fuego y aire. Desde entonces nos volvimos carne y uña.
Pasaron los años y cumplí los 18 sin tener ningún control sobre las plantas, pero con un terrible carácter y un excelente manejo de las armas que compensaba mi falta de habilidades.

— ¡Alba!—Me llamo papa, me acerque para saber que quería—Vamos a ir a ver a la familia de Gustavo mañana, es el cumpleaños número 20 de Benjamin.
— ¿QUE?!—Grite— ¿Por qué tengo que ir?!— Me lamente.
—Es el hijo de mi mejor amigo y tu amigo de la infancia—Respondió tranquilo
— ¿Estamos hablando del mismo Benjamin?—Pregunte mirándolo a los ojos, él me devolvió la mirada.
—Solo eran bromas de niños, hace 8 años que no lo ves, seguro ya es más maduro —Dijo.
— ¡Pero. . ! —Empecé a quejarme.
—Pero nada, vas y punto—Terminó la conversación y volvió a fijar la mirada en el libro que estaba leyendo.
El siempre me decía las cosas que me desagradaban cuando estaba ocupado así tenia la excusa para ignorarme. Gustavo era su mejor amigo y era un cazador con habilidad para el aire, una vez que a los cazadores les daban una misión los mezclaban con otros de distintos elementos para fortalecer sus ataques, ellos estaban en el mismo equipo desde su primer misión. A mi me faltaban 2 años para recibir mi primer misión, ojala me tocara con Vera. Gustavo era un buen hombre y no se oponía al matrimonio de mis padres, es más, se llevaba muy bien con mama, pero su hijo ¡era un demonio! Desde la primera vez que nos conocimos se divirtió molestándome y cuando descubrió su poder practicaba conmigo (en mi), puede crear grandes cantidades de viento, hasta un huracán. Mi padre quiere que me lleve bien con él porque seguro lo quiere de yerno, ya lo debe haber hablado con Gustavo, ¡PORFAVOR NO! ¡Ojala mama me ayude!
No se que le ven las chicas, dicen que es guapo pero es que no conocen su lado demoniaco. Vuelve a intentar algo y esta vez le voy a enseñar lo que he estado practicando.

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